La piscina no es el único recinto donde esta campeona gana medallas. Tras convertirse en la primera mujer que recibe la Gran Cruz al Mérito Deportivo, nos desvela algunas claves de su éxito.
Está eufórica y se nota. A Teresa Perales, la vida no deja de darle premios. Tal vez porque se los merece. Y porque los busca. Después de los 22 metales que ha acumulado en cuatro Juegos Paralímpicos, S. M. el Rey acaba de otorgarle la Gran Cruz del Mérito Deportivo, la distinción más alta que puede recibir un deportista español. Solo 17 pueden incluirla en su palmarés. Ella es la primera mujer. Y la primera paralímpica. Aunque el auténtico protagonista del acto fuera Nano, su hijo de cuatro años, el amor de su vida.
Fotografía: Chesco López
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