Teresa Perales se había tomado los Europeos de natación paralímpica de Eindhoven como un test para saber si la preparación de cara a los Juegos de Río 2016 iba por buen camino. Llevaba sin competir en una cita internacional desde los de Londres y reconocía, antes de viajar a Holanda, que iba más nerviosa que en otras ocasiones porque había sido un año de altibajos en los entrenamientos.
Pero cuando Teresa se enfunda el bañador y se tira a la piscina saca la rasmia aragonesa, es decir, el empuje y tesón para acometer una empresa. La empresa, en este caso, era intentar subir al podio en las máximas pruebas posibles. Competía en siete y, precisamente, siete medallas se trae en la maleta: 4 oros (50 y 100 libre, 50 espalda y relevo 4×50 mixto) y 3 platas (50 mariposa, 200 estilos y relevo femenino 4×100 libre).
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