Túnez, Egipto… las revueltas para tumbar dictadores y pedir libertad y democracia se extienden por el mundo árabe. Estos dos países son los que acaparan los titulares, por las masivas protestas protagonizadas por sus ciudadanos. Pero en Jordania, las protestas también han logrado que el rey haya destituido al Gobierno. Y en otros países como Yemen, o incluso Marruecos, las manifestaciones han comenzado, aunque sea de una forma muy minoritaria.
Y mientras en estos países miles de personas se lanzan a las calles para pedir libertad y una mejor calidad de vida, en los países occidentales vivimos como con miedo ante los resultados impredecibles de estas revueltas. Los dictadores que gobernaban Túnez, o Egipto mantenían a raya a los islamistas. Y eso, a Estados Unidos y a los países europeos les bastaba incluso para obviar la falta de democracia que sufrían los ciudadanos de estos países.
Y ahora, cuando Túnez comienza a dar sus primeros pasos hacia la democracia, y el presidente egipcio Mubarak podría estar a punto de salir del país camino probablemente de Alemania, Europa trata de recomponer como puede sus pasos, hablando de apoyo, y de democracia, cuando apenas hace unos días tuvo una respuesta más que tibia ante estos movimientos aperturistas.
Unos movimientos que es cierto que tienen el peligro de caer en manos de los integristas islámicos, aunque quizás fuera más inteligente mostrar nuestro apoyo a los demócratas tunecinos o egipcios, para no dejar el campo libre a los integristas, que sin duda están deseando tener el campo libre y poder decir que las potencias occidentales no apoyan las ansias de libertad de estos pueblos.
Si te ha gustado este artículo compártelo en tus redes sociales 😉